El verdadero perdón. Neville Goddard
Neville Goddard 1 de Abril de 1969.
El verdadero perdón. Esta noche tomaremos dos aspectos del gran misterio, el verdadero perdón y los ojos inmortales que ven hacia la Eternidad.
"Él les dijo: cuando dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Entonces Pedro dijo, Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo lo perdonaré?, y la respuesta vino: setenta veces siete".
El arte del perdón debe ser practicado diariamente, pero primero debemos aprender cómo perdonar. El arrepentimiento y la fe son condiciones del perdón, pero el verdadero perdón es el olvido. El cristianismo y sus doctrinas no tienen sentido para los sabios del mundo, entonces, ¿por qué la gente es cristiana?
La promesa de que los muertos resucitarán no tiene sentido para la mente mortal cuando el cuerpo es quemado y reducido a cenizas, sin embargo, solo creyendo la historia de la redención, puedes verdaderamente perdonar.
Debes aprender a distinguir entre el humano eterno que ocupa un estado, y el estado mismo. Este es el único medio para el perdón. Todos los guiones están escritos para actores. En la obra, el actor elegido para el papel de asesino debe interpretar ese papel, y así es con este mundo. Dios, el autor, escribió el guión e interpreta todos los papeles, mientras usa una máscara, llamada "otro".
Si aprendes a distinguir entre estados de conciencia y su ocupante, puedes perdonar a todos. ¿Cómo? Identificando a aquel que perdonarías con el ideal que no logró realizar. El ideal más alto sería identificarlo con la imagen divina misma. Como Dios, dijimos: "hagamos al hombre a nuestra imagen". Esa imagen es Cristo. Se te pide que tomes a un hombre que es condenado por el mundo, y lo veas irradiando y reflejando la gloria de Dios. Bueno, podrías quedarte un poco corto de esa imagen, pero podrías tomar un ideal que él no ha logrado realizar. Podría ser la afluencia o al menos un ingreso igual a sus responsabilidades, hasta que seas lo suficientemente fuerte para ir más allá de la barrera de la observación y verlo como la imagen divina misma.
Mateo hace esta declaración, "donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos". En el mundo hebraico se dice que si dos se sientan juntos y no hay palabra de la Torah entre ellos, están sentados en el asiento de los escarnecedores, pero bienaventurado el hombre que no se sienta en el asiento del escarnecedor, sino que se deleita en la ley de Dios día y noche, porque ese hombre prosperará en todo lo que haga. Aunque se sabe que el hombre tiene una mente brillante, si no discute la Torah, la ley de Dios y sus profetas, está sentado en el asiento del escarnecedor. Y en el capítulo 3 del libro de Malaquías, leemos "cuando aquellos que aman al Señor hablan unos con otros y discuten la palabra de Dios, la Gloria de Dios está entre ellos". ¿Cuántos en el mundo de hoy cumplen con eso? ¿Quién, en una fiesta de cócteles, alguna vez discute la palabra de Dios?
Recuerdo que hace unos 5 años fui invitado a una cena, donde todos estaban contando chistes. Aunque me gustan los chistes, no soy un buen narrador de esa naturaleza, así que cuando fue mi turno de hablar me levanté y les hablé sobre la ley de Dios. Cuando me senté, el caballero que daba la fiesta dijo "no me di cuenta de que habíamos invitado a un intelectual aquí esta noche". Ésa era su actitud hacia la palabra de Dios. Bueno, el caballero acaba de partir de esta pequeña sección del tiempo, y ha sido restaurado a un cuerpo joven para continuar viviendo en un mundo terrestre como este, pero sin su dinero en el banco, porque eso lo dejó atrás. Se llevó consigo el conocimiento de lo que había hecho y quién es, pero sus cosas terrenales las dejó atrás.
Ahora, en este mundo, cuando das algo a alguien más, o lo vendes, ya no lo posees, pero eso no es cierto en el mundo celestial. Es un mundo de compartir, donde nada se pierde. En ese mundo puedo darte cada facultad que ha despertado dentro de mí, y se vuelve tuya para usar y dar a otro para que la use como quiera. Hace dos años le di mis ojos inmortales a una dama que está aquí esta noche. En su visión, saqué mis ojos de sus cuencas y los coloqué en las suyas. Poco después de esa experiencia se le dijo, en una visión, que era una testigo ocular incurrente. La palabra incurrente, significa "dar paso a una corriente que fluye hacia adentro".
Blake habló de los ojos incurrentes, diciendo "no descanso de mi gran tarea de abrir el mundo eterno, de abrir los ojos inmortales del hombre hacia adentro, hacia el mundo de los pensamientos hacia la Eternidad, siempre expandiéndose en el seno de Dios, la imaginación humana". Blake no estaba interesado en los ojos externos, porque sabía que no veían. Habiendo resucitado de este cuerpo de muerte, Blake quería dar a todos sus ojos inmortales para que pudieran ver cómo él lo hacía.
La resurrección no viene cuando tu cuerpo está siendo cremado, más bien eres levantado mientras llevas tu vestimenta de carne en este mundo de muerte. Entonces puedes dar tus facultades inmortales a otros sin perderlas al darlas. Y cuando las visiones vienen, te poseen. No tienes que entrar en meditación para buscarlas. Pueden venir mientras caminas por la calle o estás sentado en un teatro disfrutando de una obra, cuando de repente estás viendo lo que no está ahí para ser visto por el ojo mortal y no puedes detenerlo.
El viernes pasado, la dama a quien le di mis ojos, y su amiga, regresaron a casa después de la conferencia. Mientras estaban sentadas en el auto estaban discutiendo la palabra de Dios, cuando una serie de visiones la poseyeron. Se encontró en una iglesia, con una alfombra roja brillante corriendo por su centro. Un ser angelical dirigió su atención al altar y los objetos que yacían allí. Luego la visión cambió y un carruaje, tirado por un equipo de caballos apareció repentinamente. Deteniéndose frente a ella, la puerta se abrió y un ser con luz, radiando de su semblante, salió. Era tan majestuoso que podría haber sido el mismo Hércules. Por un momento se miraron fijamente. Luego volvió a entrar en el carruaje y desapareció. De repente apareció otro carruaje, éste tirado por caballos blancos. Se detuvo. La puerta se abrió de golpe y yo salí, sonreí y desaparecí, dejando la puerta del carruaje abierta, mientras tres mujeres salían, todas vestidas de negro. Entonces ocurrió algo maravilloso. Apareció una camilla con un cadáver, y mientras miraba vio que era yo. Un trozo de tela estaba atado a través de mi boca y detrás de mi cabeza. Fui colocado sobre una cruz, que fue levantada, incendiada y quemada hasta convertirse en un tocón. Y cuando miró dentro del tocón vio líquido, oro fundido, mientras la visión se desvanecía. Entonces el carruaje reapareció, ahora conducido por un ser majestuoso. De nuevo se detuvo. La puerta se abrió y un hombre, como el anciano de días con una barba blanca, cabello blanco, vistiendo una túnica blanca y una túnica azul, salió. En su mano izquierda sostenía un gran libro blanco y en su mano derecha una pluma, que apuntó hacia ella y la visión se desvaneció.
Te he dicho una y otra vez sobre esta luz líquida dorada, que es la sangre de Dios que sale de los hornos. Esta dama no me estaba viendo como un hombre colocado en una cruz ardiente. Podría haber sido, pero esa no es la historia. El cuerpo que llevas es tu cruz, y no puedes escapar de los fuegos de la experiencia. Pero cuando tu viaje termina, tú, el árbol de la vida, eres reducido a un tocón, como está registrado en el libro de Daniel como, derribad el árbol y destruidlo pero dejad el tocón de sus raíces en la tierra, porque de ese tocón se levantará un nuevo ser. Ese ser es luz líquida dorada.
Pablo dijo, en su capítulo 15 de primera de Corintios "alguien preguntará, ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vienen?" Luego respondió su propia pregunta, diciendo "es como Dios ha elegido. Concebidos por un Ser infinito, los muertos se levantan en ese único cuerpo perfecto, para convertirse en un solo Espíritu, un solo Señor, un solo Dios y Padre de todos". Este único cuerpo contiene toda la humanidad, pero es único para cada uno. Cómo es, no puedo decirlo, pero lo sabrás cuando tú, como luz líquida dorada, lo llenes contigo mismo. Tú, como oro fundido, te elevarás como una serpiente, hacia ese estado celestial para ser arrojado al cuerpo que Dios ha elegido para ti y es único.
Te está esperando, y nadie puede llenarlo excepto tú. Al final, todos son redimidos en ese único cuerpo para conocerse a sí mismos como el único Espíritu, un solo Señor, un solo Dios y Padre de todos. No intentes comparar tu marco mortal con tu Ser inmortal, porque no se puede hacer. Pablo lo hizo tan distinto, diciendo, "Se siembra en debilidad, se levanta en poder. Se siembra en deshonra y se levanta en gloria". Esto es cierto para cada niño nacido de mujer.
Habiendo resucitado del estado de muerte, es mi elección, mi privilegio, dar mis ojos a quien yo quiera. Se los di a ella, y ella, a su vez, se los dio a su amiga, cuya experiencia ahora compartiré. Habiendo escuchado a su amiga relatar sus visiones, se retiró esa noche, y mientras se quedaba dormida vio un fósforo golpear la tierra y estallar instantáneamente en llamas, recordándole las llanuras de Kansas cuando sale el sol, porque es como una llama extendiéndose por la planicie de la pradera. Luego un objeto oscuro salió del centro de la llama y se acercó a ella. Moviéndose en un movimiento serpentino, se colocó sobre una cruz que inmediatamente se elevó de la tierra y se mantuvo erguida. Mientras observaba, la serpiente se transformó en un hombre colgado en una cruz, pero en lugar de estar sobre la cruz, estaba en ella. Esta dama vio la transformación de una serpiente en un hombre, siendo transfigurado en una cruz ardiente desde adentro. Como pueden ver, estas visiones son paralelas entre sí, confirmando la verdad que he compartido con ustedes.
Tienes un cuerpo inmortal en el paraíso, mientras llevas tu cuerpo mortal en este mundo del César y de luchas con sombras. Aunque parece haber otros aquí, sólo hay Dios. El mundo parece estar multiplicado por miles de millones de personas, cada una separada e individual, sin embargo, sólo hay un Ser, que es Dios, fragmentado en vestimentas de carne. Pero llegará el día en que, como oro fundido, serás reunido para formar Un Solo Ser, conservando tu individualidad. Yo te conoceré y tú me conocerás a mí, pero el cuerpo que llevamos allí no es como éste.
Habiendo resucitado de entre los muertos, cuando me rebelé en la visión de la dama que compartí contigo esta noche, ella me conoció, y luego desaparecí de la vista. Otros me verán en diferentes roles, porque Soy un ser proteico. Puedo mostrar el hecho de que he resucitado de entre los muertos, pero no puedo revelar mi cuerpo resucitado hasta que llegues donde yo estoy.
Sin entender la resurrección, el hombre piensa que ocurre cuando el cuerpo muere, pero sucede mientras estás aquí en este mundo de muerte. Todo aquí está muerto. El animal es matado antes de que su carne sea consumida. Esto es cierto para el ave o el pez, la fruta o el vegetal. Así que el último enemigo a vencer es la muerte.
Mientras estamos aquí luchamos contra sombras mientras pensamos que él o ella es otro, pero no hay otro, porque todos somos hermanos, todos Hijos de Dios, que colectivamente forman el Único Ser que es Dios. Aquel que es el Hacedor de sus Hijos está alojado en cada uno de ellos. Di Yo Soy, y habrás revelado el Nombre de Dios.
Ahora, si quieres perdonar a otro, debes aprender a distinguir entre el "Yo" inmortal y el estado en el que se ha movido, ya sea a sabiendas o sin saberlo. Como dijo Blake, puedes ver por lo que enseño, no considero que el justo o el malvado estén en un estado supremo, sino que cada uno de ellos son estados del sueño en el que el alma puede caer en sus sueños mortales de bien y mal. Si realmente amas a otro, no importaría lo que él o ella hiciera, lo perdonarías.
No me importa lo que mi madre hiciera, la perdonaría, o a cualquiera de mis hermanos. He expandido mi círculo para incluir amigos, y lo he ampliado para abarcar a aquellos que no conozco actualmente, porque en verdad todos son mis hermanos.
El hombre que dijo, "ve y dile a mis hermanos que estoy ascendiendo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios", había empujado su círculo para abarcar a todos, porque sabía que solo había UN SER que estaba interpretando todos los papeles.
Así que no puedes perdonar verdaderamente a menos que puedas discriminar entre el Ser que ocupa el papel que está interpretando y el papel mismo. Entonces puedes identificarlo con lo que sabes que le gustaría ser, y en la medida en que estés auto-persuadido de que está ocupando el nuevo estado, él se convertirá en ello.
Depende totalmente de ti practicar el arte del arrepentimiento, que es un cambio radical de sentimiento. Un amigo puede haber cometido un acto de violencia y admitido su culpa. Practica el arte del arrepentimiento separando a tu amigo, el actor, del papel que interpretó, e identifícalo con el papel que sabes en tu corazón que le gustaría interpretar. Persuádete a ti mismo de que es verdad, y en la medida en que estés auto-persuadido, tu amigo se transformará y ocupará ese estado para que todos lo vean.
Las primeras palabras registradas en el libro de Marcos, en el evangelio más antiguo por fecha, son, "el Reino de los Cielos está cerca, arrepiéntete y cree en el evangelio". Te llamo este día a creer la historia del cristianismo, y si crees y eres cristiano, la pondrás en práctica. El cristianismo es el cumplimiento de las promesas que Jehová hizo al hombre.
Cuando la historia de Jesucristo se vuelve a representar dentro de ti, has cumplido las promesas de Dios a Israel. Entonces cuenta tu historia a aquellos que escucharán, y, mientras te mueves en tu esfera celestial, seleccionarás a aquellos a quienes darás tus ojos. La selección proviene de la sabiduría que es de arriba, no de abajo.
En este nivel, si tuviera que dar mis ojos a uno, definitivamente sería a mi esposa, y después de ella, a mi hija. Pero en un nivel superior, donde no hay incertidumbre sobre quién debería recibirlos, le di mis ojos a una dama que sólo conozco a distancia. Nunca he visto su casa, ni ella ha estado en la mía. La amo como a una hermana, pero ciertamente nunca la he visto socialmente. Sin embargo, al funcionar desde arriba, no se usa la sabiduría del César. Usando la sabiduría de arriba, seleccioné de entre los que vienen aquí a quien le di mis ojos. El regalo es completo, sin embargo no los perdí al darlos. De hecho, mi visión aumentó al darlos.
Las visiones vienen cuando menos las esperas. Puedes estar en una multitud cuando todo se bloquea y la visión te posee. Es absurdo pensar que debes ir a la India para que algún gurú te enseñe a meditar. La verdadera visión no se puede enseñar, sino que te llega cuando menos lo esperas, y no puedes detenerla, porque la visión es Cristo en ti, que es tu esperanza de gloria.
El cuerpo que llevas es la cruz que Cristo lleva. Los fuegos que estas damas vieron son los hornos de experiencia de los que Blake habla como, "como salen de los hornos, cuan larga, basta y severa es la angustia antes de que encuentren a su padre, sería largo de contar". El hombre está buscando a su padre celestial, que es él mismo. Está buscando fuera la causa de los fenómenos de su vida, pero cuando la encuentra, se encuentra a sí mismo. Entonces dirá, "Yo y mi Padre Somos Uno". Su viaje en este mundo no puede terminar hasta que el Padre sea encontrado, y cuán larga, basta y severa es la angustia antes de que lo encuentre, sería largo de contar.
No puedo decirte cuán cerca estás de descubrir tu verdadera Identidad, pero puedo decirte que comenzará con tu resurrección de tu tumba inmortal, donde primero te acostaste a dormir y soñar este sueño de vida. Esto es inmediatamente seguido por tu nacimiento de lo alto. 139 días después encontrarás a tu Hijo, quien te revelará a ti mismo. Luego, 123 días después, tu cuerpo espiritual se divide en dos, y ves y te identificas con el oro fundido encontrado en su base. Fusionándote con él, subirás como una serpiente, de vuelta a tu propio cráneo, llamado cielo. 998 días después, la paloma desciende, dándote la bendición de que el Espíritu del Altísimo está sobre ti, porque él te ungirá y te enviará a predicar buenas nuevas a los afligidos y abrir los ojos de los ciegos.
Los ciegos mencionados aquí son aquellos cuyos ojos no ven el misterio detrás de la fachada. Pero esta noche, aprende a perdonar. Esto es esencial. Aprende a discriminar entre el estado en el que un hombre está colocado, y su ocupante. Si puedes discriminar entre los dos, perdonarás, porque reconocerás que el Ser está atrapado en un papel. Si el papel es el de asesino, debe asesinar. Si está atrapado en el papel de enfermedad, debe estar enfermo. Si no te gusta el papel que está interpretando, recuerda, todas las obras pertenecen al Autor que es Dios. Somos los actores que entenderemos la razón detrás de la obra cuando el telón descienda y la obra haya llegado a su fin. Rezo para que sea esta noche. Ahora entremos en el silencio.